LA ENTREVISTA: Mónica Sofía Maldonado Fonken

Bióloga de la Universidad Nacional Agraria la Molina, Magister en Desarrollo Ambiental de la Pontificia Universidad Católica del Perú y actualmente estudiante de Doctorado de la Universidad de Greifswald (Alemania). Directora de la División de Ecología Vegetal de CORBIDI, dirige y asesora investigaciones en bofedales y turberas. A nivel internacional, ha participado en proyectos de turberas en Mongolia y Argentina. Es miembro de la Society of Wetland Scientists (SWS), del International Mire Conservation Group (IMCG) y de la International Peat Society (IPS), organizaciones internacionales relacionadas con la investigación, conservación y uso adecuado de humedales y turberas. Se desempeña como especialista de bofedales, turberas y vegetación altoandina. Su experiencia incluye proyectos de investigación, estudios de impacto ambiental, líneas base, monitoreos, planes de manejo, guías, estudios específicos, entre otros. Con más de 20 años de trabajo profesional, ha participado en una gran diversidad de proyectos en varios ecosistemas (puna húmeda, puna seca, páramo, jalca, etc.) y regiones del país (Ancash, Apurímac, Arequipa, Ayacucho, Cajamarca, Cusco, Huancavelica, Ica, Junín, La Libertad, Lima, Moquegua, Piura y Puno). Su línea de investigación (ecología vegetal) se desarrolla principalmente en ecosistemas andinos, con énfasis en humedales (bofedales – turberas).

PREGUNTAS:

1.      Una de sus áreas más importantes de trabajo son los bofedales y turberas. Un tema que sin duda hoy en día está de moda. ¿Considera que estamos haciendo lo suficiente para conservar estos espacios tan importantes para el planeta? ¿Cree que hay mucho discurso vacío y pocas acciones concretas para su conservación?

Lamentablemente creo que aún no estamos haciendo lo suficiente. Si bien el interés en bofedales y turberas ha aumentado en los últimos 10 años, tanto a nivel de centros de investigación como de entidades del Estado, la implementación de acciones concretas es más lenta de lo que se requiere en el contexto actual de cambio climático. Considero que se trata de un problema de distribución de recursos (tiempo del personal, financiamiento, etc.). Por más que haya urgencia y los problemas por no tomar acciones rápidas sean evidentes, todo va demasiado lento. Eso no sólo lo vemos en el Perú, sino en todo el mundo, por ejemplo con las acciones que se deberían tomar en cuanto a los combustibles fósiles para al menos reducir la afectación al planeta y garantizar nuestra sobrevivencia ante el calentamiento global. Sin embargo, aunque sea poco a poco, vamos avanzando. Por ejemplo, en 2021 se aprobaron las “Disposiciones generales para la gestión multisectorial y descentralizada de los humedales” (D. S. N° 006-2021-MINAM). Esta es la primera norma peruana en la que se establece el concepto de turbera. Esto permite empezar a regular todo lo relacionado sobre el tema, y si bien se especifica que la extracción de turba comercial está prohibida, lo cual es útil para la zona altoandina donde se realiza está actividad, aun hace falta especificar el proceso sancionador; e incluir otras actividades como la tala descontrolada del aguaje, que también son perjudiciales. A nivel internacional, el año pasado la UNEP publicó la “Evaluación Mundial de las Turberas – El estado de las turberas del mundo: Evidencias para la acción hacia la conservación, restauración y gestión sostenible de las turberas“, que incluye información sobre las turberas peruanas y un resumen para tomadores de decisión. Si bien este documento no implica compromisos nacionales, brinda información clara y actualizada que puede ser empleada como referencia para nuestras políticas públicas. Lo que observo es que existe gente muy comprometida con el tema de las turberas, tanto en el Estado como en el sector privado, pero de nuevo, es la carencia de recursos, además de la falta de reconocimiento del valor de estos ecosistemas en diferentes niveles de gobierno, y los potenciales conflictos de interés o de competencias, los factores que limitan o ralentizan la toma de acciones.

2.      Usted ha desarrollado gran parte de sus investigaciones en las zonas altoandinas. La conectividad histórica, ecológica y cultural de los Andes con la Amazonía es indiscutible. ¿Por qué cree que no se desarrollan más investigaciones que incorporen las dinámicas comunes y la interdependencia a diferentes niveles entre los Andes y la Amazonía?

Por un lado, las turberas amazónicas y andinas son muy diferentes en términos de vegetación, hidrología y usos. Si bien los métodos para estudiarlas pueden ser los mismos o muy similares (aunque no siempre), un proyecto que las integre implicaría un área de estudio bastante grande con la correspondiente complejidad asociada. Entonces, el mayor reto para implementar este tipo de proyectos sería obtener los recursos necesarios, es decir, el problema típico de la investigación en nuestro país. Si bien inicialmente los estudios en humedales (luego reconocidos como turberas) estaban más enfocados en temas de vegetación (listados de especies, comunidades vegetales) o usos (e.g. ganadería -Andes, uso del aguaje-Amazonía), en los últimos años se ha resaltado la importancia de estos ecosistemas como almacenes y sumideros de carbono, así como por su contribución en la regulación del agua, estableciendo puntos comunes entre las turberas amazónicas y andinas. Considero que esto podría facilitar el desarrollo de análisis integrados, a nivel de cuencas, macrocuencas o país.

3.      El cambio climático se extiende y afecta la vida de millones de personas en todo el mundo, es muy probable que afecte mucho más a los países en vías de desarrollo y aquellos que albergan población más vulnerable. ¿Qué papel juegan los científicos en la era del Antropoceno que vivimos? ¿Hoy son más escuchados que hace una década?

El papel que jugamos los científicos en el Antropoceno es vital. Nuestras investigaciones generan (o deberían generar) información útil para la toma de decisiones. Esto incluye tanto a la investigación básica como a la aplicada. La información sobre especies, poblaciones, ecosistemas, etc. permite conocer su importancia, requerimientos, amenazas, etc. La investigación sobre metodologías, restauración, degradación, uso sostenible de recursos, etc. también permite tomar decisiones para la acción. Sin embargo, ya no podemos quedarnos únicamente en nuestros centros de investigación, congresos y publicaciones científicas.

La situación actual requiere que tengamos un rol más activo difundiendo nuestros resultados fuera del área académica, para facilitar su acceso tanto al público en general como a tomadores de decisión. En la actualidad es más sencillo que un mayor número de personas accedan a resultados de las investigaciones científicas, y existe un mayor esfuerzo en comunicar estos resultados para un público variado. Esto no implica que seamos más escuchados, o que nos quieran escuchar para la toma de decisiones en la que muchas veces priman los temas económicos. De forma muy simplificada, se trata de más dinero ahora para algunos vs. uso racionalo sostenible de recursos a largo plazo para otros. Tenemos que romper esa imagen de que la investigación científica es sólo para científicos y hacerla parte común de nuestra vida diaria a través de la educación básica. Sólo así se podrá generar una masa crítica de personas que puedan generar presión sobre los tomadores de decisiones. Para esto se requiere que todos pongamos nuestro granito de arena en esta labor.

4.      ¿Cuáles son las principales áreas de investigación en las que se enfoca actualmente? ¿Podría describirnos algunos proyectos de investigación recientes que hayan sido particularmente interesantes o importantes?

Mi trabajo se enfoca en la ecología vegetal de turberas/bofedales altoandinos. Las últimas investigaciones en las que estoy trabajando están relacionadas con la identificación y descripción de comunidades vegetales en bofedales, y con experiencias de revegetación. Existe poca información disponible sobre ambos temas, en especial sobre revegetación. En este momento estoy trabajando en diversos artículos que espero sean publicados pronto. Adicionalmente, acaba de ser publicado el “Atlas de Turberas, datos y cifras sobre los guardianes del clima”, en el que colaboré para el capítulo de Latinoamérica y el Caribe. Menciono este documento porque su diseño permite el acceso de información relevante sobre turberas para un público amplio (es amigable y concreto), manteniendo la rigurosidad científica. Entonces, si desean saber sobre turberas de forma rápida y confiable, les recomiendo leer el Atlas.

5. La última década, el papel de la mujer en la ciencia ha empezado a ser reconocido, pero todavía hay mucho que avanzar. ¿Qué consejo les daría a las jóvenes investigadoras que recién empiezan su camino en la ciencia?

La discriminación por distintos motivos (sexo, edad, origen, etc.) está muy extendida en nuestro país. Considero que este es un tema que se debería visibilizar y hablar con todos, y así evitar que quede restringido a los grupos más afectados. Esto facilitará la identificación y corrección de estas conductas. En primer lugar, el respeto (hacia uno mismo y los demás) es algo que debe estar presente en todas nuestras interrelaciones (fuera y dentro del trabajo). En segundo lugar, cada ser humano es único, y tiene un conjunto de habilidades particulares que le permiten aportar a nuestra sociedad. Identificarlas y desarrollarlas es algo que todos deberíamos hacer desde jóvenes, tomando en cuenta además que todos podemos aprender cosas nuevas. Usualmente, lo que nos gusta (esto en un sentido muy amplio) está relacionado con aquellas cosas en las que tenemos mayores habilidades, por lo tanto, también es importante identificarlo. Este es un proceso continuo, pues nosotros vamos cambiando con el tiempo. Los gustos pueden cambiar, y usualmente desarrollamos más algunas habilidades que otras en función a las circunstancias. Menciono todo esto porque considero que una de las cosas que nos hacen felices o nos llenan de satisfacción en la vida es hacer aquello que nos gusta. Y cuando uno escoge una carrera o línea de investigación, si bien el tema económico puede estar presente en mayor o menor grado, en el fondo usualmente se busca tener una vida plena.

Entonces, busquen ambientes de trabajo e investigación respetuosos, que brinden condiciones adecuadas para su desarrollo personal y profesional, donde reconozcan su trabajo, etc. Si esto no ocurre o no hay posibilidades de mejorar la situación, déjenlo ir. Hay renuncias que son necesarias y valen la pena, no tengan miedo. Si requieren mantenerse allí por temas económicos, busquen otras alternativas en forma paralela. Por ello es importante que se empoderen, reconozcan sus habilidades y debilidades, y tengan metas al menos a corto y mediano plazo.

Giovanni Pinedo Tejada

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