Biodiversidad: regalando vida al planeta

Estar al tanto o conocer qué es la biodiversidad es sinónimo de saber cómo protegerla, conservarla y usarla sosteniblemente. No ser consciente de su importancia es un peligro inminente que puede conllevar su pérdida.

La biodiversidad o diversidad biológica es la variedad de vida sobre la Tierra y lo que contemplamos hoy es el fruto de miles de millones de años de evolución, moldeada por procesos naturales y, cada vez más, por la influencia del ser humano. Esta diversidad forma la red vital, la espina dorsal del planeta, de la cual somos parte integrante y de la que dependemos tanto.

A menudo, se entiende por diversidad solo a la amplia variedad de plantas, animales y microorganismos existentes, pero ésta incluye también las diferencias genéticas dentro de cada especie y la variedad de ecosistemas (desiertos, bosques, humedales, montañas, lagos, ríos y paisajes). En cada ecosistema, los seres vivos, entre los que nos encontramos nosotros, forman una comunidad, interactuando entre sí con el aire, con el agua y con el suelo; los procesos empleados para crearlas y las tradiciones orales que las mantienen, son parte de la biodiversidad cultural.

“Esta combinación de formas de vida y sus interacciones mutuas convierten a la Tierra en un lugar habitable y único”

Esta combinación de formas de vida y sus interacciones mutuas convierten a la Tierra en un lugar habitable y único. La biodiversidad es generosa, regala vida al planeta, es un recurso estratégico que nos proporciona infinidad de beneficios, pasando, muchos de ellos, desapercibidos. Por citar algunos ejemplos, tenemos a los bosques que regulan el clima y las temperaturas; a los arrecifes que albergan una cuarta parte de las especies marinas del mundo y protegen la costa de las olas, de tormentas y tsunamis; a los manglares que capturan el dióxido de carbono de la atmósfera; a las abejas, que son las grandes polinizadoras; a las plantas que generan oxígeno; a nuestra Amazonía, uno de los pulmones naturales del planeta; a los productos de la naturaleza que sirven de base a industrias tan diversas como la agricultura, la cosmética, la farmacéutica, la horticultura, la construcción, entre muchos otras.

“…pese a los renovados esfuerzos de estos últimos veinte años por protegerla, la pérdida de la biodiversidad sigue en aumento como resultado de las malas prácticas humanas”

No obstante de recibir tantas bondades y pese a los renovados esfuerzos de estos últimos veinte años por protegerla, la pérdida de la biodiversidad sigue en aumento y es en gran medida resultado de las malas prácticas humanas, representando una amenaza latente a nuestros suministros alimenticios, a los medicamentos, a las energías, a nuestras posibilidades de recreación y turismo.

La protección de la biodiversidad es un tema vital y debería ser de interés de cada uno de nosotros, por lo que urge conocer y sensibilizar a las personas para fomentar su protección y conservación. En este sentido, gran satisfacción y esperanza generan iniciativas o emprendimientos locales que protegen y se benefician de nuestra biodiversidad.

Con el fin de destacar valiosos esfuerzos tenemos a “Dsouza Nalsac”, empresa dedicada a la conversión de frutos amazónicos como el aguaje, ungurahui, huasai o sacha inchi en aceites vegetales prensados en frío, snacks saludables, polvos atomizados y deshidratados, entre otros productos; en el rubro de abejas, la empresa “La Loretana, miel de abeja nativa”, trabaja con resultados favorables en la conservación de la diversidad de especies de abejas nativas en la Amazonía y en la producción y venta de miel; tenemos a don Miltón Fernández Altamirano un emprendedor que protege los bosques en la comunidad de Santa Rita en el río Nanay (Loreto) para que sus abejas meliponas encuentren el hábitat perfecto y le provean una exquisita miel; existen muchas otras personas recibiendo asistencia técnica del IIAP para mejorar diversos emprendimientos a partir de nuestra biodiversidad amazónica. Por ejemplo, la meliponicultura se desarrolla en doce departamentos del Perú, bajo el asesoramiento y acompañamiento de los investigadores del IIAP.

La educación ambiental genera conciencia en los más jóvenes, principal esperanza para la biodiversidad en el planeta.

Pero no podremos cultivar conciencia, sino desarrollamos una correcta sensibilización. Es por este motivo que el IIAP desarrolla charlas y ejecuta proyectos con escolares que promueven la conservación de los recursos y las especies en situación vulnerable, permitiendo sembrar la semilla de la  conciencia ambiental en nuestros niños y adolescentes.

Iniciativas como las mencionadas son importantes para asegurar que la  biodiversidad   no  siga  desapareciendo,  pues no solo basta con evitar la extinción de un mayor número de especies, sino que debemos encontrar el equilibrio entre la explotación de los recursos con  elementos claves que garanticen la estabilidad y el funcionamiento de los ecosistemas, armonizando los aspectos ambientales con el crecimiento económico, lo que contribuirá en gran medida al bienestar  de la población y a la conservación y protección de la biodiversidad de forma sostenible.

© Melba del Rocío Correa Tang

Attalea Administrador

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