Cocona: un fichaje estrella para la Amazonía

© Luz Elita Balcazar

La cocona Solanum sessiliflorum forma parte indiscutible del once titular del equipo de frutas emblemáticas de la Amazonía. Si bien, su fama todavía no alcanza la de otras frutas más conocidas, como el aguaje o el camu-camu, durante la última década, su popularidad ha experimentado un auge bastante considerable, debido sobre todo al éxito nacional e internacional alcanzado por la gastronomía peruana, particularmente por la llamada “cocina de autor”, re-presentada por varios renombrados chefs peruanos, que la han usado como insumo principal en algunos de sus platos más conocidos.

En la Amazonía, la cocona ha sido consumida tradicionalmente en refrescos, salsas, mermeladas y como remedio para diferentes afecciones. Sus altas concentraciones de calcio, fósforo, ácido ascórbico, flavonoides y vitaminas, como la rivoflavina, tiamina, caroteno y niacina, la con-vierten en un producto nutracéutico que contribuye de manera favorable a la salud.

Si bien, la cocona ha sido una fruta infaltable  en  la  chacra  familiar, la enorme diversidad de suelos y las características particulares de cada ecorregión de nuestra Amazonía ha ocasionado que la producción a mediana y gran escala para su comercialización nacional e inter-nacional sea irregular.

Según las estadísticas del Ministerio de Agricultura existen diferencias tanto en la productividad como en las áreas sembradas en regiones como Loreto, Amazonas, Junín, Puno, Huánuco, Madre de Dios y Ucayali. En algunos casos la producción es tan baja que no puede satisfacer la creciente demanda nacional.

Es por ello necesario desarrollar investigaciones que permitan aumentar la productividad, teniendo en cuenta las características particulares de los suelos en cada una de estas regiones, pero esto solo será posible si obtenemos variedades adaptadas con rendimientos mucho mayores. El asesoramiento tecnológico a los productores, basado en los resultados de estas investigaciones,  es particularmente importante para reducir las brechas existentes. Al ser una fruta no estacional, puede cubrir el mercado local y nacional de forma constante durante todo el año, aumentándose su producción en los meses de verano, cuando la fruta es más demandada para la elaboración de   refrescos y helados.

La meta productiva ideal para poder hacer frente a la demanda actual y futura sería de unos 25.000 Kg/ha, algo que solo será posible si se siguen ejecutando las investigaciones sobre su amplia diversidad genética, desarrollando programas de mejoramiento genético y selección artificial que permitan obtener variedades mejoradas, incrementando la calidad de los frutos y el rendimiento de la planta para fines comerciales.

El Instituto de Investigaciones de la Amazonía Peruana, con la finalidad de conservar la diversidad de esta especie, evitar su erosión genética y proporcionar a los productores variedades mejoradas de cocona que les permita hacer frente a la demanda nacional e internacional, ha instalado una colección de 73 accesiones conservadas en ambientes controlados en su sede regional de Tingo María, en el departamento de Huánuco.

Uno de los aspectos que la investigación está teniendo en cuenta es la demanda diferenciada de sus frutos. En este sentido se está trabajando con variedades que pueden satisfacer la demanda de frutos de color amarillo y pulpa gruesa proveniente de los mercados de la costa, pero también se trabaja en variedades que pueden satisfacer la demanda de los mercados regionales, con frutos más pequeños y pulpa menos gruesa.

De esta última, ya se cuenta con un certificado de variedad mejorada otorgado por INDECOPI. En el breve plazo, se espera contar con otras variedades mejoradas de cocona que puedan satisfacer las demandas específicas existentes.

La cocona es una fruta muy versátil que tiene un gran potencial como alimento y nutracéutico.

Pero las investigaciones científicas no tendrían ningún sentido si no se invirtiera tiempo y presupuesto en la tecnología adecuada para manejar los cultivos. En este sentido el IIAP ha difundido el protocolo de manejo técnico en plantaciones, incluyendo tanto los aspectos fenológicos de la especie como los aspectos fitosanitarios que permitirán hacer frente a las enfermedades y a las plagas.

Los retos para la cocona son enormes. La creciente demanda de productos orgánicos en los mercados internacionales requiere una tecnología apropiada para este tipo de cultivos, exigiendo un cambio de mentalidad en los productores que deberán pensar no solo en la  productividad, sino también en la calidad orgánica y compuestos beneficiosos de sus frutos. Con el trabajo aliado de productores e investigadores la cocona podrá seguir jugando las grandes ligas junto al aguaje o al camu-camu, algo que nos satisface como amazónicos y peruanos.

© Luz Elita Balcazar Terrones –  Dirección de Investigación en Diversidad Biológica Terrestre Amazónica – IIAP Huánuco

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