LAS RANAS DE CRISTAL: PRESTIDIGITADORAS DE LOS BOSQUES AMAZÓNICOS
La diversidad de anfibios en la Amazonía es fascinante. Para aquellos que no lo sepan, los anfibios son todos aquellos animales que se caracterizan por tener la piel húmeda y una respiración cutánea, es decir, respiran a través de la piel. Dentro de la clase de los anfibios tenemos a las cecilias, las salamandras y las ranas. No cabe duda, y supongo que usted querido lector me dará la razón, que los anfibios más llamativos y populares son las ranas. Podemos encontrar ranas de diferentes tamaños, formas, colores, tipos de reproducción, etc. Unas tienen colores llamativos como el rojo, azul o naranja y otras se mimetizan con su entorno; pero hoy hablaremos sobre un grupo muy particular: las ranas de cristal.
Las ranas de cristal pertenecen, según la clasificación de los científicos, a la familia Centrolenidae y se encuentran distribuidas desde América Central hasta ciertas zonas de América del Sur. En el Perú podemos encontrarlas con mayor facilidad en los bosques húmedos de la selva alta, donde se encuentran los tipos ideales de bosque que ellas frecuentan. En Loreto existen formalmente cinco de las más de 150 especies que se conocen en el mundo, Teratohyla midas, Cochranella resplendens, Vitreorana ritae , Hyalinobathrachium munozorum y Hyalinobatrachium iaspidiense. Si tenemos suerte y paciencia, podemos encontrar a cuatro de ellas muy cerca de la ciudad de Iquitos, por ejemplo, dentro de la Reserva Nacional Allpahuayo Mishana.
Las ranas de cristal es un grupo de anfibios que destaca por tener la capacidad de volverse casi invisibles en el medio natural, debido a la traslucidez de su piel y a su coloración verdosa, características que las hacen difícilmente ubicables para sus predadores y poco visibles para los humanos. Para los investigadores, su traslucidez las convierte en un perfecto modelo de estudio. Para un observador común, es hipnótico poder observar los latidos de su corazón a través de su piel o simplemente ver como pasa la comida por su tracto digestivo.
Pero ¿cómo es que funciona este mecanismo? Pues bien, al ser el único vertebrado terrestre que tiene esta particularidad, ha tenido que desarrollar diferentes técnicas y habilidades, como aprender a graduar la coloración dorsal de su piel con las tonalidades de las hojas en las que vive. A este mimetismo se une el nivel de transparencia en diferentes partes de su cuerpo (músculos, huesos, patas, etc.), superando las estrategias de supervivencia de cualquier otra especie de anfibio. Como si eso no fuera suficiente, estas ranitas además desarrollaron una habilidad que fue revelada hace solo unos pocos años atrás por un grupo de investigadores. Las ranas de cristal tienen la capacidad de controlar sus glóbulos rojos y “guardarlos” dentro de sus hígados mientras duermen, aumentando con eso hasta tres veces más la transparencia de sus cuerpecitos.
Pero estos atributos no son los únicos que las hacen tan peculiares y llamativas. Presentan diversos tipos de comportamiento que en conjunto son interesantes, como la territorialidad y las violentas peleas entre machos. Las ranas de cristal suelen vivir muy cerca de riachuelos o quebraditas que tienen en sus orillas cierto nivel de vegetación, lugar perfecto desde donde los machos emiten sus cantos de apareamiento, esperando ser lo suficientemente atractivos para las hembras.
Evidentemente estos cantos no solo atraen a las hembras, sino también a algunos machos que tienen territorios cercanos o a jóvenes inexpertos que buscan reproducirse sin mucho esfuerzo, lo que provoca feroces peleas que pueden terminar en la muerte de alguno de los contrincantes. Para este tipo de situaciones algunas de estas especies han creado estructuras que pueden ayudarlas a batallar, como las especies del género Espadarana, que tal y como su nombre lo indica tienen una estructura queratinizada en el pecho, similar a una “espada”, con la que atacan a otros machos con el fin de asustarlos, lastimarlos, mutilarlos o matarlos.
Todas estas habilidades y particularidades permiten a estas especies de ranas de cristal perpetuarse. Este propósito es favorecido además por un tipo de comportamiento conocido como “cuidado parental”, que en la mayoría de los casos es desarrollado por los machos. Las hembras, después de aparearse, depositan sus huevos en el haz o envés de las hojas que se encuentren más cerca de los cuerpos de agua y se van. Estos huevitos desarrollarán sus primeros estadios bajo la atenta guardianía del padre, que los protegerá de la resequedad, los hongos y algunos predadores que tratarán de comerlos. El sufrido padre estará con ellos hasta que culmine la eclosión de todos los huevos. De todo el grupo de ranas de cristal, solo las hembras de una especie en particular realizan el cuidado parental.En el resto de las especies son los padres los responsables del cuidado.
Cuando los renacuajos rompen la delicada membrana gelatinosa que los envuelve, caerán en el riachuelo o quebrada que es parte del territorio de su papá, para seguir su desarrollo y continuar con el ciclo de la vida, perpetuando así los fantásticos atributos y habilidades heredados de sus padres.
Las ranas de cristal son una de las maravillas que nos regala nuestra Amazonía. Al igual que otros anfibios, las ranas serán las primeras en sufrir los impactos del cambio climático global. En la medida que mitiguemos los efectos del cambio climático, podremos conservarlas para el disfrute de las generaciones futuras. Una colorida esperanza para los tiempos grises que vivimos.
© Ehiko Ríos Alva