Las serpientes: temidas y odiadas… pero finalmente útiles para el ser humano
¿Si usted fuera hipertenso y le dijera que depende del veneno de una serpiente para sobrevivir, me creería o simplemente pensaría que estoy demente o que tengo algún tipo de interés en acabar con su vida? Un buen porcentaje de los lectores pensaran probablemente en una de estas dos opciones, algo totalmente justificado, teniendo en cuenta el miedo innato que sentimos por este tipo de animales, un miedo que bloquea cualquier posibilidad de contemplarlos como beneficiosos para el ser humano.
A lo largo de los siglos de evolución hemos aprendido a identificar algunas amenazas potenciales, como las serpientes y sus peligrosas mordeduras. Estas amenazas se han transmitido de generación en generación y se han convertido en señales de peligro inconscientes que nos hacen saltar, gritar, correr o retorcernos cuando vemos alguna serpiente. La mejor forma de combatir estos miedos profundos transmitidos por los primeros humanos de generación en generación, es conociendo más de cerca a estos animales asombrosos. A continuación intentaré acercarlos al maravilloso mundo de las serpientes, tan temidas y odiadas, pero, finalmente, tan necesarias y beneficiosas para el ser humano y para el planeta.
LAS SERPIENTES EN LA CULTURA OCCIDENTAL
No cabe duda, de que una de las historias más populares que afianzan la profunda animadversión que sentimos por las serpientes es la que se narra en el Antiguo Testamento, cuando el diablo, transfigurado en serpiente, incita a Eva para que coma la manzana prohibida, cayendo en pecado y condenando a las serpientes a la maldición infinita del creador y la hostilidad permanente con los humanos: “El Señor Dios dijo a la serpiente:… pongo hostilidad entre ti y la mujer, entre tu descendencia y su descendencia; esta te aplastará la cabeza cuando tú la hieras en el talón”. Una marca negativa que se arrastra en toda la tradición cristiana y que no hace otra cosa que aumentar la animadversión y el rechazo hacia las serpientes.
Al contrario de lo expresado en la tradición cristiana, la serpiente es vista de forma diferente en toda la tradición greco-romana. El báculo o vara de Asclepio o Esculapio (un bastón con una serpiente enroscada en ella) era capaz de sanar cualquier enfermedad, siendo una señal de buenos augurios para griegos y romanos. El báculo de Asclepio o Esculapio es hoy en día el símbolo de muchas organizaciones de médicos y representa la salud y la capacidad humana de hacer el bien.
Asimismo, en el Antiguo Testamento, Moisés hace uso de un bastón de cobre con forma de serpiente que era usado para curar a las personas que habían sido mordidas por serpientes, posiblemente una práctica adoptada de las antiguas culturas animistas previas a la religión cristiana.
LAS SERPIENTES EN LAS CULTURAS PREHISPANICAS PERUANAS
Diversas culturas peruanas han incorporado la imagen de la serpiente en sus principales expresiones culturales. Por ejemplo, Amaru, una deidad inca, es representada por una serpiente y simboliza al mundo de los muertos. Las serpientes juegan un papel fundamental para conectar los diferentes planos de la vida espiritual de los pueblos antiguos. En la cosmovisión inca, la serpiente adquirió diferentes nombres y siempre estuvo vinculada a la fertilidad, el agua, el rayo o la lluvia.
En la puerta de entrada de la fortaleza de Kuelap de la cultura Chachapoyas, está grabado el símbolo de dos serpientes, y en muchas de sus construcciones se encuentran representaciones de serpientes o partes de ellas, siendo una deidad de suma importancia dentro de esta cultura.
CULTURAS AMAZÓNICAS
En los petroglifos de Kumpanama, pertenecientes a la cultura shawi, la serpiente forma parte del conjunto cultural y aunque todavía no tenemos detalles claros sobre su significado, su simple presencia en los grabados son un indicador de su importancia y relevancia. En la cosmovisión shawi las anacondas fueron las que crearon los ríos y juegan un papel muy importante en toda su tradición cultural.
Los diseños Kené del pueblo shipibo-conibo son de suma importancia cultural, en ellos representan a la serpiente cósmica (Ronin), llamada Ronin Kene. La soga retorcida de la ayahuasca es explícitamente identificada con la anaconda cósmica Ronin, el ser primordial, “madre” de la ayahuasca y de las aguas, fuente acuática originaria de todos los diseños existentes, en el pasado, el presente y el futuro.
Las serpientes tienen una importancia sin igual en los ritos shamánicos de diversas culturas, en las ceremonias de toma de ayahuasca, generalmente las experiencias de visiones y las pinturas que las representan, están asociadas a serpientes psicodélicas que catalizan la experiencia shamánica.
En nuestra mitología amazónica, la sachamama (madre de la tierra) y la yacumama (madre de las aguas) son dos personajes míticos muy populares y que forman parte indiscutible de nuestro folclore. Y por supuesto, todo el tiempo surgen historias y creencias populares asociadas a las serpientes, como el famoso canto de la shushupe (cabe la aclaración, la shushupe no canta), o la del jergón que deposita su veneno en una hoja cuando se dispone a tomar agua (otra creencia falsa).
LAS SERPIENTES PARA LOS POBLADORES AMAZÓNICOS (¡GUARDA EL MACHETE!)
Para la mayoría de los pobladores amazónicos, las serpientes representan peligro y muerte. Sin embargo, el número de casos de mordeduras y muertes por accidentes ofídicos no es tan elevado, y con cierta educación se podrían minimizar los riesgos y disminuir los accidentes. El temor generalizado e inconsciente hacia las serpientes, provoca que anualmente se maten, en ocasiones con cierto nivel de crueldad, a miles de serpientes, sean estas venenosas o no. Es muy común que ante la presencia de una serpiente se levante el machete y se cercene el cuerpo de la serpiente.
Sin embargo, en muchas ocasiones las serpientes representan para los pobladores amazónicos, una fuente de medicina, puesto que se cree, por ejemplo, que la manteca de boa suelda los huesos, siendo muy apreciada para realizar frotaciones. Asimismo, la creencia de tener viborachado en la casa o en el negocio, garantizará el éxito familiar o empresarial (encontrarán frascos de serpientes en aguardiente a la venta en el famoso y célebre pasaje Paquito).
¿QUE SON LAS SERPIENTES? ¿CUÁNTAS HAY EN EL MUNDO Y EN LA AMAZONÍA?
Las serpientes son animales alargados que carecen de extremidades, presentan escudos dérmicos (escamas) y una piel seca; son considerados exotérmicos, puesto que regulan su temperatura corporal a través de la temperatura del ambiente. A nivel mundial existen 3974 especies, de la cuales, 744 son venenosas (de las familias Viperidae y Elapidae), es decir, solo alrededor del 19 %. En Perú tenemos 220 especies de serpientes y 38 especies (17%) son venenosas. En Loreto tenemos 103 especies, de las cuales 16 de ellas (15.5%), son venenosas.
Según estadísticas del MINSA, más del 90 % de los accidentes ofídicos están vinculados al jergón Bothrops atrox, mientras que los accidentes con todas las demás serpientes venenosas son escasos o raros. Con cierta educación y divulgación a los pobladores rurales y periurbanos podríamos disminuir los accidentes ofídicos y mejorar la reputación de unos animales que son de suma importancia para el equilibrio de los bosques amazónicos.
¿CUÁL ES SU IMPORTANCIA BIOLÓGICA Y ECOLÓGICA?
Las serpientes son importantes controladores biológicos, muchas se alimentan de roedores, como los añujes, los sachacuyes y similares (animales considerados plagas de sembríos). Asimismo, existe una gran diversidad de roles alimenticios y ecológicos, las serpientes pueden alimentarse de aves u otras serpientes (venenosas o no), pero también, de manera exclusiva, de caracoles, ranas, entre otros. Estos son algunos ejemplos de la amplia diversidad de presas que tienen las serpientes, lo que contribuye a la dinámica y equilibrio de los bosques amazónicos.
PERO, ¿QUÉ IMPORTANCIA ECONÓMICA TIENEN?
Gracias a las serpientes podemos controlar las plagas de los sembríos, representando un gran aporte en la disminución de las pérdidas económicas. Asimismo, muchas serpientes son criadas en cautiverio para ser comercializadas como especies ornamentales – así como muchos tienen gatos y perros, hay un gran número de personas que disfrutan teniendo una serpiente en su casa –, es por ello que existen criaderos legales de especies amazónicas, pero lastimosamente también existe un gran número de especímenes obtenidos y comercializados ilegalmente. El tráfico de animales silvestres es un gran problema mundial, cuyas ganancias solo son superadas por el tráfico de drogas y el de armas.
Las serpientes son sumamente importantes para la obtención de sustancias químicas extraídas de los venenos, que son sintetizadas y utilizadas en la industria farmacéutica para la producción de muchas medicinas. El Captopril es el ejemplo de medicamento más difundido a nivel mundial, pues esta medicina tan popular es utilizada para el tratamiento de la hipertensión. Su principio activo fue obtenido de la serpiente venenosa Bothrops jararaca, una especie de jergón muy común en la Amazonia brasilera y causante de la mayoría de los accidentes ofídicos en ese país; sin embargo, a través de la medicina obtenida del veneno de esta especie, se ha contribuido a disminuir los riesgos de falla cardiaca en los enfermos hipertensos.
Otras medicinas obtenidas de venenos de otras serpientes son la eptifibatida, un anticoagulante muy efectivo y el tirofiban, indicado en la prevención del infarto de miocardio. Actualmente existen múltiples estudios de medicinas obtenidas de venenos de serpientes para muchos tipos de cáncer, abriéndose todo un mundo de oportunidades para los venenos amazónicos. Son muchos los venenos que no han sido estudiados y que podrían contener sustancias activas de potencial uso por la industria farmacéutica.
Para aprovechar esta potencialidad, es preciso conocer las especies que habitan en nuestros bosques (realizando inventarios y describiendo nuevas especies para la ciencia, haciendo bioprospección química y aislando componentes que tengan potenciales usos para la medicina o para la farmacología). Pero no sacaremos provecho de todo este conocimiento si no educamos y sensibilizamos a la población para evitar que las poblaciones de serpientes disminuyan en nuestros bosques. Un camino largo que debemos empezar a recorrer cuanto antes.
© Giussepe Gagliardi Urrutia – Centro Peruano para la Biodiversidad y Conservación PCB&C