Urarina: un legado para la conservación
La Amazonía peruana alberga actualmente un total de 51 pueblos indígenas, un mosaico cultural único y de extremado valor para el país y el resto del planeta. Cada uno de estos pueblos originarios atesora un valioso legado de conocimiento que ha sido transmitido de generación en generación desde el albor de los tiempos. Mientras que para la sociedad occidental las bibliotecas son el espacio físico donde reposa el conocimiento, para las culturas amazónicas son los bosques los que posibilitan el conocimiento humano. Naturaleza y cultura están enlazadas desde el principio de los tiempos.
Los hombres no existirían sin los bosques, los ríos, los animales o las plantas, pero estos elementos naturales no tendrían orden ni significado sin la presencia del ser humano y la interpretación que realiza de su entorno. Este pensamiento ha permitido a los pueblos indígenas tejer una red de relaciones que sobrepasan el ámbito de lo visible, infundiendo significado a la tierra y al bosque a través de los mitos.
Esta percepción integral de la realidad ha permitido que los pueblos amazónicos se desarrollen en un ambiente sumamente adverso para el ser humano, edificando para ello un sistema de conocimiento tan eficiente y complejo como el occidental.
Pero desafortunadamente, los abusos y agresiones cometidos en contra de las culturas amazónicas desde la llegada de los primeros europeos a la Amazonía, están poniendo en serio peligro sus sistemas de conocimiento, así como sus estrategias para transmitirlos a las nuevas generaciones. El grave impacto ocasionado por la pandemia del COVID 19 en las comunidades indígenas, puede acelerar un proceso de erosión que se inició hace 500 años y que ahora golpea de manera directa e irreversible a las sabias y sabios indígenas encargadas de transmitir estos conocimientos.
Es por este motivo que, hoy más que nunca, las investigaciones desarrolladas con los pueblos indígenas cobran un significado muy especial, ya que permitirán conocer el grado de pérdida de estos conocimientos, proporcionando los insumos para la elaboración de estrategias integrales que favorezcan su recuperación y revalorización. La recuperación de los conocimientos tradicionales no solo permitirá fortalecer la identidad en las nuevas generaciones de indígenas, sino que también favorecerá que las generaciones de jóvenes no indígenas restablezcan la visión integral y el vínculo equilibrado con los ecosistemas naturales, algo que todavía no ha sido interiorizado por la cultura occidental, pero que es de vital importancia para la vida en el planeta.
EL LEGADO DEL PUEBLO URARINA
El IIAP, a través de su Dirección de Investigación de las Sociedades Amazónicas, en alianza con la Universidad de Saint Andrews de Escocia y la Pontificia Universidad Católica del Perú, desarrollan diferentes trabajos de investigación que tienen como principal objetivo la reducción de las brechas de conocimiento que todavía existen sobre las culturas amazónicas. Entre las investigaciones que se desarrollan actualmente, resaltamos una en la que participan varias comunidades del pueblo urarina, ubicadas en la cuenca del río Chambira y sus afluentes.
Incorporando e integrando los puntos de vista de las ciencias sociales y naturales, se está ampliando el conocimiento sobre la forma en la que el pueblo urarina interpreta su entorno, así como sobre las estrategias dinámicas que le permiten desempeñarse de manera tan eficiente en los ecosistemas inundables en los que habita.
“El pueblo urarina se asienta en los territorios bañados por el río Chambira y sus afluentes. Su población estimada es de unas 5 000 personas. Su lengua es considerada como vital, siendo fundamental para la transmisión de los conocimientos”
Los primeros hallazgos nos muestran la riqueza de su sistema de conocimiento y su eficiente adaptación a los ecosistemas inundables. La clasificación de los ocho tipos de bosque presentes en sus territorios es tan compleja como la realizada por la ciencia occidental, incorporando una integralidad de pensamiento que involucra tanto los aspectos visibles o ecológicos de la realidad, como los aspectos no visibles o espirituales relacionados con los valores y la cosmovisión tradicional.
Esta integralidad es hoy en día la mejor garantía para la conservación de los ecosistemas inundables, algunos de los cuales almacenan grandes cantidades de carbono en forma de turba bajo el suelo. El uso tradicional que realiza el pueblo urarina de la diversidad biológica presente en estos ecosistemas, genera un vínculo que va más allá del simple interés utilitario, incorporando el sincero respeto por el entorno natural y el profundo arraigo con la tierra.
“El término urarina deriva del vocablo uruari, usado para referirse a la papa huitina Xanthosoma sagittifolium, ampliamente cultivada y utilizada en su culinaria tradicional”
CONECTANDO EL PASADO, EL PRESENTE Y EL FUTURO DEL PUEBLO URARINA
El tejido ela es, sin duda, la práctica tradicional que mejor representa la integralidad del pensamiento del pueblo urarina. Con las fibras extraídas de las hojas jóvenes del aguaje, las mujeres urarina tejen unas esteras denominadas ela, localmente conocidas como cachihuangos. El tejido no solo conecta a los urarina con los ecosistemas inundables dominados por la palmera de aguaje, sino que además conecta el pasado ancestral con el presente y el futuro del pueblo urarina. Transmitido entre mujeres de generación en generación, es el elemento impulsor para la transmisión de otros conocimientos que son necesarios para desenvolverse en los bosques inundables, pero también para la vida social en las comunidades. No solo es seña de identidad del pueblo urarina, sino que también nos revela la importancia que tiene la mujer en la preservación y transmisión de los conocimientos.
A pesar de ser una práctica netamente femenina, el tejido involucra también a los hombres, ya que son ellos los que colaboran en la búsqueda y recolección de algunas de las especies usadas por las mujeres.
La investigación ha permitido también identificar siete especies vegetales usadas por las mujeres urarina en sus tejidos tradicionales. Los resultados, que verán la luz en la revista Folia Amazónica, muestran como estas especies, características de los ecosistemas inundables, son usadas de manera específica por el pueblo urarina, siendo este un indicador claro de su plena adaptación a unos ecosistemas sumamente complejos y sobre los que todavía no tenemos mucho conocimiento.
LA CLAVE PARA LA CONSERVACIÓN
En los tiempos de crisis climática que vivimos, la conservación de los ecosistemas inundables se convierte
en una de nuestras tareas primordiales, no solo porque en estos ecosistemas se almacena gran parte del agua dulce disponible, sino porque además, en algunos de
ellos se encuentran los principales sumideros de carbono del planeta. Pero la conservación de los ecosistemas
inundables no será posible sin tener en cuenta los conocimientos, prácticas y valores desplegados
en ellos por el pueblo urarina.
A pesar de la importancia que tienen los bosques inundables para el país y el planeta, hoy en día se siguen realizando actividades extractivas que contaminan el agua, destruyen su biodiversidad y amenazan la salud de las comunidades urarina.
La clave para la conservación de los ecosistemas inundables siempre estuvo en manos del pueblo urarina, una verdad que lleva siendo ignorada por la cultura occidental hace ya más de quinientos años. En la medida que extirpemos el etnocentrismo de nuestro pensamiento y recuperemos el respeto por las culturas
indígenas amazónicas, conseguiremos frenar lo que hoy en día empieza a parecer irreversible: la destrucción de la Amazonía y el planeta.
© Dirección de Sociedades Amazónicas – IIAP
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