Domesticando la palmera de aguaje

Los aguajales amazónicos son ecosistemas muy particulares en los que predomina la palmera de “aguaje”  Mauritia flexuosa L.f. Solo en la Amazonía peruana se estima que hay más de cinco millones de hectáreas de aguajales.

Aunque cada una de las partes de la palmera de aguaje tiene un uso conocido, son los frutos los que acaparan la mayor atención, debido a su enorme valor nutracéutico. Los frutos del aguaje son los alimentos más ricos en Vitamina A del planeta, con alrededor de 30 mg de esta vitamina por cada 100 g de pulpa. La zanahoria, el vegetal que en todos los cuentos para niños es señalada como la responsable de la buena visión de los conejos, tiene 20 veces menos de Vitamina A que el aguaje. Parece que alguien le debería decir al Sr. Rabbit que pruebe los ricos frutos de la palmera del aguaje.

Pero además de Vitamina C, los frutos tienen altos contenidos de proteína, en cantidades similares a la contenida en el maíz. Así que cuando comemos los frutos del aguaje no  solo  estamos  proporcionando vitaminas a nuestro organismo, también proporcionamos el aporte estructural para que nuestros músculos, tejidos y órganos internos funcionen a la perfección. Los frutos del aguaje son una fuente de proteína muy importante para las poblaciones amazónicas. El aguaje es, sin duda, una de las alternativas para lograr la tan deseada seguridad alimentaria en la región.

Pero las bondades de la palmera de aguaje no se limitan de manera exclusiva a sus frutos. La palmera de aguaje es usada para múltiples propósitos. Por ejemplo, las hojas son usadas para techar viviendas, cuando estas son jóvenes proporcionan fibra que es utilizada por algunos pueblos indígenas para elaborar sus tejidos tradicionales; del peciolo se pueden extraer varillas para la elaboración de esteras; su tronco es usado para la construcción de puentes temporales y para el cultivo de la larva comestible del escarabajo Rhyncho-phorus palmarum; la sabia del tronco es consumida como si fuera miel en algunas partes de la Amazonía.

Las enormes extensiones de aguajales existentes en la Amazonía peruana también proveen innumerables servicios ambientales. El principal, sin duda, es el de ser considerados como uno de los sumideros de carbono más importantes del planeta. Las investigaciones llevadas a cabo durante las últimas décadas han determinado que los aguajales amazónicos son enormes alma-cenes de carbono en forma de turba, por lo que juegan un papel muy importante en el equilibrio climático del planeta. Si estos aguajales fueran destruidos, millones de toneladas de carbono serían emitidas a la atmosfera, haciendo mucho más profunda la crisis climática que vivimos actualmente.

Los frutos de la palmera de aguaje son un recurso con un gran potencial para mejorar la calida de vida de la población rural amazónica.

UNA DESTRUCCIÓN NO DESEADA

Resulta inconcebible que a pesar de los enormes beneficios que la palmera de aguaje nos propor-ciona, sus poblaciones estén siendo destruidas por la mano del hombre.

Los aguajales enfrentan una gran amenaza de deforestación y degradación debido a la forma en la que hoy se aprovechan sus frutos. Para cosechar los frutos del aguaje se suelen cortar las palmeras hembras que son las que los proporcionan, poniendo en serio peligro la sobrevivencia de la especie.

Por lo general, se suele pensar que el corte  de la palmera es una práctica tradicional, llevada a cabo por los pueblos amazónicos antes de la llegada de los primeros europeos a la Amazonía, pero esto no es cierto. Es muy probable que la tala de la palmera haya sido adoptada con la llegada de las herramientas de metal a la Amazonía y cuando la demanda de fruta por parte de los mercados urbanos empezó a ser considerable. Antes de la llegada de los europeos a la Amazonía, los pobladores indígenas no contaban con herramientas de metal, solo contaban, en algunos casos, con las hachas de piedra que conseguían a través de los intercambios con otros pueblos de la selva alta y de los andes. El tiempo estimado para derribar un árbol de un metro de diámetro con un hacha de piedra es de 115 horas, algo tan ineficiente y tan poco práctico que es poco probable que fuera una práctica habitual de las poblaciones amazónicas.

La tala de la palmera es una práctica habitual hoy en día. Afecta a la existencia de los individuos femeninos, que son los productivos, así como a los procesos de regeneración natural. La deforestación y degradación de los aguajales es también la principal causa de la pérdida y alejamiento de la fauna silvestre que habita en estos ecosistemas.

El aprovechamiento destructivo de los aguajales se traduce en una reducción de su potencial económico y en una fuerte erosión genética de la especie. La pérdida de productividad de los aguajales genera finalmente desempleo en áreas rurales y urbanas, zonas que ya de por sí presentan altos niveles de pobreza y marginación. Sin duda, una de las mejores opciones para la conservación del “aguaje” es el manejo de sus poblaciones naturales, no obstante, esta no es la única existente. El establecimiento de plantaciones forestales que incorporen tipos de aguaje selectos con alto valor nutracéutico y el sembrío en programas de reforestación, aprovechando la gran plasticidad ecológica de la especie, son algunas alternativas para frenar la presión sobre los ecosistemas naturales, ayudando a mejorar el ingreso económico de  los pobladores amazónicos.

SELECCIÓN  ARTIFICIAL PARA MEJORAR AL AGUAJE

El gran potencial de la palmera de aguaje ha motivado la puesta en marcha de numerosas investigaciones que pretenden mejorar genéticamente la especie y lograr su domesticación. Estas investigaciones pretenden obtener individuos que favorezcan la instalación y manejo de plantaciones, limitando, por ejemplo, la altura y el tiempo de madurez de la palmera o mejorando la calidad de sus frutos.

La escalada de la palmera de aguaje hará sostenibles las plantaciones de aguaje y favorecerá la conservación de sus poblaciones naturales.

El Instituto de Investigaciones de la Amazonía Peruana desarrolla diferentes investigaciones en este sentido. Las colecciones vivas de germoplasma establecidas en el Centro de Investigaciones Jenaro Herrera, ubicada a orillas del río Ucayali, a 250 Km de Iquitos, reúnen ejemplares de la palmera en proceso de mejoramiento para su uso en programas de reforestación en la Amazonía.  Estas parcelas también están siendo utilizadas como herramienta para la enseñanza de estudiantes y agricultores de la zona.

Los resultados de las investigaciones señalan que los individuos presentan mayor altura promedio y, por lo tanto, mayor crecimiento, cuando se realiza una mayor densidad de siembra. Las palmeras sembradas con baja densidad son hasta dos metros menores que aquellas de la misma edad que fueron sembradas con mayor densidad.

Las plantaciones forestales realizadas, nos muestran que la proporción de sexos conseguida es similar a la del bosque natural, es decir, una proporción de 50 % de individuos de cada sexo. Esto significa que con la producción de frutos en plantaciones controladas es posible conseguir una alta rentabilidad económica de manera sostenible.

La selección natural de las palmeras precoces, aquellas que alcanzan su etapa reproductiva a  los seis  años, unida a la polinización controlada, teniendo como base aquellas pal-meras macho con rasgos de “porte bajo”, permitirá contar con ejemplares que permitan un manejo más eficiente, con rentabilidad similar a la de las poblaciones naturales. Actualmente ya se cuenta con individuos de porte bajo, producto de la polinización controlada, que ya han iniciado su fructificación en las parcelas demostrativas.

La investigación está en marcha y ya se han realizado cruzamientos entre palmeras que han tenido su primera floración a los 6-8 años, tienen una altura de tronco de 1,5 metros y un porcentaje de pulpa en el fruto del 25%. El mejoramiento genético de la especie es un proceso lento que requiere que los caracteres genéticos se fijen definitivamente en los individuos, pero no cabe duda que los resultados finales compensarán el tiempo de investigación dedicado a esta maravillosa especie vegetal.

© Luis Freitas – Dirección de Investigación en Manejo Integral del Bosque y Servicios Ecosistémicos – IIAP

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