Búhos: Derribando mitos de medianoche
¿Han escuchado alguna vez sobre la creencia popular de que el canto de un búho en las inmediaciones de un hogar anuncia la dulce espera de una mujer? ¿O quizá, que la presencia de esta ave advierte de la muerte de una persona, incluso que es símbolo de brujería o maldad? Todas estas creencias están bien arraigadas en diferentes culturas y geografías, y es posible que ustedes, queridos lectores, también las hagan suyas; pero lamento informarles que son simples creencias que no se corresponden con la realidad. Los búhos son animales encantadores y además, son de suma importancia en los ecosistemas, debido a su labor de bio-controladores de plagas (es decir, mantienen en equilibrio las poblaciones de animales que son sus potenciales presas, para que estos no se conviertan en una plaga), como las ratas o pericotes.
Estas creencias se alimentan de algunos de los atributos que caracterizan a estas aves, como los peculiares cantos de algunas de sus especies, que hielan la sangre y ponen la piel de gallina cuando se escuchan por las noches. ¿Quién no se ha estremecido alguna vez, por ejemplo, con el canto del urcututo (Megascops choliba)? Pero lejos de lo que pueda parecer, el canto es la forma en la que cada una de las especies de búhos se comunica con los miembros de su misma especie.
Es probable también que las características fisonómicas de estas aves, con picos afilados y grandes ojos redondos, provoque admiración y, en algunos casos, aumente el temor y dispare las respuestas de defensa en nuestro organismo frente a una posible amenaza. Gran parte del temor y posible rechazo que se siente por estas aves tiene su base en el desconocimiento que todavía hoy en día tenemos sobre ellas. A continuación, intentaré acercarles al maravillo mundo de los búhos. Si leen esta nota hasta el final, es posible que nunca vuelvan a tener miedo al escuchar su canto en la oscuridad del bosque.
¿Búhos y lechuzas son lo mismo?
Los búhos pertenecen a la familia Strigidae; las lechuzas a la familia Tytonidae. Buhos y lechuzas se diferencian por la forma del cráneo, los ojos, el pico, la simetría de los oídos, el tamaño del cuerpo y su manera de comunicarse. Los búhos suelen poseer un cráneo redondeado, ojos circulares, pico corto, curvado y ancho; con simetría en forma y tamaño de los oídos (el izquierdo suele estar a mayor altura que el derecho), son grandes y robustos y se comunican ululando, con sonidos fuertes que se desvanecen lentamente. Las lechuzas, en cambio, tienen un cráneo alargado, ojos almendrados, pico alargado, recto y estrecho; con oídos frecuentemente asimétricos en tamaño y forma (el derecho de mayor tamaño), de porte pequeño y, dependiendo de la especie y región que habiten, se comunican emitiendo chillidos, alaridos, silbidos e incluso gorjeos y graznidos.
La diferenciación de estas dos familias ha sido confirmada además con el análisis óseo y estudios moleculares de su ADN. ¡Entonces no!, búhos y lechuzas no son lo mismo.
Búhos en Hollywood.
Si bien, los búhos son animales que aparecen mucho en las películas de terror y misterio, muchos cineastas han aprovechado el dócil comportamiento de estas aves para incluirlas en sus películas como aves cercanas y beneficiosas para los humanos. Tal es el caso del famoso búho nival de la especie Bubo scandiacus de la película Harry Potter y la piedra filosofal. Otros se han inspirado en ellos para crear personajes que representan sabiduría y bondad, como el búho Owl que aparece en las historias de Winnie the Pooh adaptadas por Disney. Esto nos demuestra que no todo en torno a estas aves es negativo y que pueden representar valores positivos que deberían ser aprovechados para fomentar su cuidado y conservación.
Junto a los psitácidos (guacamayos, loros y pihuichos), el de los búhos, es el grupo de aves más cazados y comercializados como mascotas”.
Su carácter dócil y pacífico, unido a la belleza del plumaje y enormes ojos, han sido aprovechados por personas inescrupulosas que los comercializan en el mercado negro de mascotas exóticas. Junto a los psitácidos (guacamayos, loros y pihuichos), el de los búhos, es el grupo de aves más cazados y comercializados en el mercado ilegal de mascotas.
Te veo, te oigo.
Los búhos tienen una gran capacidad para detectar y capturar pequeñas presas, incluso en las noches más oscuras. No poseen globos oculares redondos, como los del ser humano, los suyos son de forma alargada, asentados en “anillos escleróticos”, una estructura ósea especializada presente en su cráneo. Sus ojos tienen una retina grande repleta de varillas sensibles a la luz que les permite detectar el movimiento en plena oscuridad; muchas especies de búhos poseen una capa reflectante detrás de la retina llamada tapetum lucidum, que refleja de nuevo la luz en las varillas, duplicando la capacidad receptora de los impulsos lumínicos de la retina. Los búhos, además, tienen 14 vértebras en el cuello, lo que les posibilita girar su cabeza hasta unos 270 grados, siendo un mito que puedan realizar un giro de 360 grados.
Asimismo, se dice que los búhos son todo oídos, ya que alrededor de su rostro se despliega una corona de plumas que atrapa el sonido a modo de antenas parabólicas. Sus oídos se encuentran debajo de la capa de plumas y en ambos lados de la cabeza (no confundir con las plumas que presentan algunos búhos en la cabeza y que parecen orejas, en realidad, estas solo sirven para informar a sus congéneres sobre su estado de ánimo). Un dato interesante acerca de la posición de sus oídos, es la disparidad de los mismos, un lado suele estar más arriba que el otro, lo que les permite una mejor audición.
En zonas árticas, los búhos son capaces de localizar a un ratoncillo bajo una espesa capa de nieve y en regiones tropicales, como la Amazonía, pueden captar sonidos débiles bajo la hojarasca. Si se adentran en el bosque, no tengan la menor duda de que los búhos serán los primeros que los escuchen y los vean.
Privilegiados de la evolución.
La evolución ha trabajado incansablemente para lograr la perfección en los búhos. Su plumaje es mucho más suave que el de otras rapaces, tienen todas las plumas con bordes desflecados, al estilo degradé, como el de los cortes de cabello, lo que permite que el flujo de aire se descomponga en innumerables remolinos, tan diminutos como silenciosos. Todo ello hace que los búhos puedan abalanzarse sobre sus presas sin hacer el menor ruido.
Su vista también es prodigiosa, el campo de visión de un ojo se superpone con el del otro. Esta visión estereoscópica le aporta una profundidad de campo enormemente plástica. A esto se une otra capacidad sorprendente: el cerebro del búho puede calcular la distancia a la que se encuentra su presa a partir de la tensión muscular que regula el enfoque de las pupilas. Una máquina perfeccionada tras millones de años de evolución.
Entonces, ¿son los búhos inofensivos?
No solo inofensivos, sino también importantes, ecológica y económicamente hablando, al ser controladores biológicos y de plagas, ya que comen serpientes, roedores, incluyendo ardillas, conejos y mamíferos medianos.
Es por este motivo que la presencia de estas aves en los bosques es de suma importancia. Sin ellas, el equilibrio ecológico de estos espacios naturales se vería seriamente afectado. Hoy en día la presión hacia estas aves ha aumentado considerablemente. Actividades como la caza, el cambio de uso de la tierra, el uso de raticidas, los vertidos tóxicos y otras, ponen en peligro sus poblaciones, generando un desbalance que finalmente nos afectará directamente a todos nosotros.
Por todo lo mencionado, podemos reflexionar un poco acerca de lo importante que es la existencia de los búhos y más allá de temerlos, es necesario protegerlos, crear espacios de sensibilización y acercamiento a estos seres tan particulares que contribuyen al mantenimiento del equilibrio ecológico de los bosques amazónicos. Sin lugar a dudas, las noches amazónicas no serían las mismas sin estas maravillosas aves.
© Scarlet Medina Ahuite – Universidad Nacional de la Amazonía Peruana.