Domesticando la Caoba: retos y oportunidades en la amazonía
La caoba, Swietenia macrophylla, es una especie vegetal que ha sido considerada como el “oro rojo” o la “joya de la corona” de la Amazonía peruana. Estos calificativos no son exagerados si contemplamos el intenso color rojo y la belleza de las vetas de su madera, que además posee excelentes características de durabilidad y manejabilidad, atributos que la hacen idónea para usarla como material para la construcción y ebanistería en general.
Su gran valor e importancia económica han vuelto a la especie muy vulnerable, al ser explotada de manera irracional durante décadas. Actualmente la caoba se encuentra en la lista de especies contempladas en el Apéndice II de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestre – CITES, que no prohíbe su comercio, pero que la controla mediante el sistema de permisos y certificados CITES. La explotación no controlada de la especie ha generado una serie de problemas relacionados con el abastecimiento de semillas de calidad procedentes de los árboles selectos o semilleros, que actualmente solo pueden ser encontrados a grandes distancias. Al ser el número de árboles semilleros muy pequeño, la propagación de la especie es lenta y en algunas zonas se ha frenado por completo.
Por otro lado, el escaso conocimiento sobre los requerimientos nutricionales de la planta en condiciones de vivero y en campo definitivo, limita la propagación en plantaciones controladas.
Si bien, en el pasado se han llevado a cabo diversos programas de reforestación con la especie, estos no han sido suficientemente exitosos, debido a la presencia de Hypsipyla grandella Zéller, plaga conocida como el “barrenador de las meliáceas”, que en sus primeras fases de crecimiento perjudica notablemente a la planta, perforando la zona terminal del tallo, lo que ocasiona un daño físico irreversible que afecta su crecimiento y valor económico.
…el escaso conocimiento sobre los requerimientos nutricionales de la planta limita la propagación en plantaciones controladas”
A nivel nacional e internacional algunas experiencias relacionadas al establecimiento de sistemas agroforestales con caoba, asociada con cultivos perennes y anuales, mejoraron el control de la plaga, pero no impidieron el ataque. Otros estudios relacionados a la biología y ecología de la plaga, permitieron conocer su comportamiento natural, reproducción y crianza. Este aspecto fue primordial para establecer ensayos en condiciones controladas de laboratorio y en campo. Otros estudios estuvieron orientados al conocimiento del insectoplaga con opciones interesantes sobre los aspectos silviculturales, mejoramiento genético, control biológico y químico que intentaron mermar el ataque de Hypsipyla, pero tampoco tuvieron éxito, sobre todo en los primeros años de crecimiento de la planta, etapa considerada como el umbral más crítico en el ataque de la plaga.
Todos estos problemas en cascada, relacionados con el manejo y la conservación de la especie, sumados a la creciente demanda de madera y a las necesidades de repoblar los bosques para mitigar el cambio climático, motivaron al Instituto de Investigaciones de la Amazonía Peruana – IIAP a iniciar diferentes proyectos de investigación con caoba para buscar alternativas sostenibles y eficientes que permitan enfrentar estos problemas y caminar hacia la domesticación definitiva de una especie tan importante.
Gracias al trabajo colaborativo con las universidades amazónicas, instituciones privadas y la cooperación nacional e internacional, se logró implementar una serie de metodologías científicas que permitieron ampliar el conocimiento de la especie y luchar eficientemente contra la plaga.
Los primeros estudios realizados por el IIAP estuvieron orientados a generar protocolos de propagación vegetativa para la especie, utilizando esquejes o estaquillas procedentes de “plantas madre” o donantes; para ello, se realizaron una serie de experimentos de forma consecutiva para probar, en primer lugar, los sustratos inertes y las diferentes dosis del potente enraizador AIB, y, en segundo lugar, para probar los morfotipos de estaquilla (basal, media y apical), longitud de estaquilla y área foliar.
Los primeros resultados indican un 57% de enraizamiento utilizando estaquillas juveniles de la posición basal, con una longitud de 4.5 cm y un área foliar de 50 cm2, empleando 3000 ppm de AIB y sustrato arena media. Los resultados fueron un indicio de que la especie podía ser enraizada si considerabamos los factores previamente mencionados, utilizando cámaras de subirrigación en condiciones controladas (temperatura y humedad). No obstante, la optimización del protocolo se alcanzó con 8000 ppm de AIB y utilizando sustrato cascarilla de arroz carbonizada, lo que mejoró en un 95.83% el enraizamiento, posibilitando la multiplicación de la especie y su futura conservación, dado que la técnica permite adoptar en un 100% las características genéticas del árbol donante.
Ningún método aplicado por si solo, permite un resultado óptimo para la protección de la planta, sino más bien, dos o más métodos”.
También se han conseguido resultados exitosos en la generación de tecnologías para el control integrado de Hypsipyla grandella Z., en plantaciones juveniles de caoba en la región San Martin. Los resultados de estas investigaciones reafirman que ningún método aplicado por sí sólo, permite un resultado óptimo para la protección de la planta, sino más bien, que dos o más métodos de control garantizan el incremento de la producción y sostenibilidad del sistema.
La metodología aplicada en condiciones de invernadero mediante la técnica del elemento faltante fue fundamental para conocer la deficiencia nutricional de las plantas de caoba. Cuando un elemento nutricional está presente en bajas concentraciones en el tejido vegetal de la planta, se limitan los procesos metabólicos y/o el crecimiento. Esta insuficiencia nutricional hace que la planta presente síntomas visibles que perjudican su crecimiento y desarrollo. El estudio concluye en que la ausencia de hierro y nitrógeno provocaron un bajo crecimiento y desarrollo de la planta, al presentarse clorosis en las hojas tiernas, menor desarrollo en diámetro y altura, muerte del tejido meristemático secundario y malformación en el tallo.
Los resultados establecen las necesidades de algunos macronutrientes como el nitrógeno, el fósforo y el potasio que deberían ser aplicados cada tres meses. Estos macronutrientes permiten completar las necesidades nutricionales de las plantas en crecimiento y favorecen su desarrollo. También fueron necesarias dosis de micronutrientes como el hierro, manganeso, zinc y cobre, diluidos en 18 litros de agua, aplicando, 24 horas después, un complemento único de hierro diluido en 18 litros de agua. No cabe duda que las plantas bien nutridas serán mucho más resilientes frente al ataque de plagas y enfermedades.
El uso de algunos materiales vegetales como el barbasco (Lonchocarpus utilis), que contiene “rotenona”, dio excelentes resultados contra la plaga, al ser empleado como extracto foliar en dosis de 40% en condiciones controladas de laboratorio y en condiciones de campo, es decir, en plantaciones de caoba.
Asimismo, la aplicación de altas concentraciones (40%) de la resina del piñón blanco también mejoró los resultados en condiciones de laboratorio, haciéndose más efectivo en condiciones de campo. Cabe mencionar también que los sistemas agroforestales de caoba más cacao en combinación con plantas biocidas de nim y piñón blanco obtuvieron una efectividad del 97% para reducir el ataque de Hypsipyla.
Si se desea reducir el ataque de Hypsipyla en plantas de caoba, se recomienda tomar en cuenta una alta densidad de siembra asociada a plantas biocidas, sobre todo en los primeros años, hasta que sobrepasen el umbral crítico de daño ocasionado por la plaga.
Posteriormente, es imprescindible considerar un manejo silvicultural adecuado para aprovechar los beneficios del sistema, que, no olvidemos, actúa como barrera física y repele el ataque de la plaga.
Los resultados positivos obtenidos en estas investigaciones han vuelto a despertar el interés por la producción clonal de la caoba. Las tecnologías generaron y permitieron abrir e impulsar nuevas oportunidades en la producción de caoba a una escala considerable en las regiones amazónicas. Por otro lado, las tecnologías validadas para el control integrado de Hypsipyla en plantaciones y sistemas agroforestales, permiten augurar un excelente futuro para el sector forestal, ya que abren nuevas posibilidades para una especie de gran importancia ecológica, económica y ambiental, renacida como el ave fénix en tiempos de cambio climático.
© Ana Lucía Milagros Vásquez Vela / Héctor Guerra Arévalo / Dennis del Castillo Torres.